miércoles, 12 de diciembre de 2012

"Casi" Circular Cañada de las Azadillas

Qué tal amiguetes.....!!!

Ya estamos de vuelta por aquí, ¡cuánto tiempo!

Pero no creáis que hemos colgado las zapatillas, no....hemos estado igual de activos que siempre: la XTerra Jaén en junio, la Maratón de Montaña del Emotion, y nuestras habituales salidas domingueras. Y preparando próximos retos, como la San Antón y la Vuelta a los Jardines de la Granja, allá por Segovia.
Entre tanto, ya os digo, como siempre nuestros trotes por los alrededores de nuestra capital, re-corriendo o descubriendo nuevos rincones montañeros....

Y este pasado finde, una zona inagotable: la Cañada de las Azadillas.
Después de haber vuelto recientemente a ella con Patrick y Miguel, allí me dirigí con Raúl para recorrer unos parajes hace mucho recorridos y casi olvidados...
Empezando por el principio, dejamos el coche en los aparcamientos del área recreativa, junto a la fuente. Por cierto, qué tiempos aquéllos con el firme lleno de hoyos...! Ahora es una gozada, apenas 30 min. desde Jaén.
Para no variar, salida en subida, para entrar pronto en calor: dirección a Cárchel. En pocos minutos, el desvío a la derecha que vuelve al área recreativa pasando por la Cruz de la Chimba, pero nosotros continuamos hacia Palomares, todavía no habíamos sudado mucho...
A los dos y medio más o menos, salimos del pinar y nos recibe un sol en los Llanos de Palomares que nos hace desabrocharnos hasta los pantalones....como sabéis, un par de kms. para llanear, patinar sobre el barro  y disfrutar del campo abierto.

Después de acercarnos hasta la carretera que une Cárchel y Carchelejo, damos media vuelta para coger el desvío hacia Campobajo.


se terminó el llaneo
 
ahí abajo vamos....

cuánto pino junto....!


Buena bajada los dos primeros kms., fuerte pero por carril, te deja disfrutar del paisaje, pronto con el arroyo de los Lobos a nuestra izquierda, una zona de ribera muy bonita.
Sin darnos cuenta ya estamos junto a las ruinas del cortijo de Campobajo, justo donde un arroyo cruza el camino desde la derecha.

Ahí fue desde donde nos volvimos hacía una semana con Miguel y Patrick, pasando por las Pilas y buscando las veredas para atajar a la vuelta a la Cañada de las Azadillas. Y ahí fue donde esta vez decidimos arriesgarnos: continuar la misma dirección, bajando poco a poco hacia el pantano; si podíamos pasar al otro lado y completar la circular por la carretera hasta el coche, bien; si no.....siempre teníamos la media vuelta.

Solamente una vez, y hacía muchos años, había andado ese camino, pero la verdad es que los dos lo disfrutamos como si fuera la primera vez.
En seguida el camino se separa del barranco de los Lobos ( de seguir el arroyo, solo queda la media vuelta o nadar...) y aunque no se gana altura, pronto las vistas son cada vez más aéreas, adivinando las colas del pantano, y divisando el cerro Pitillos. El día no estaba totalmente despejado, por lo que apenas distinguíamos las formas de los Ventisqueros y La Pandera, aunque los teníamos justo enfrente.


ya casi vemos el agua

ahora sí...
Bajada muy disfrutona, entreviendo a veces el agua, y poco a poco adentrándonos de nuevo en pinar, con el pantano a la izquierda y las abruptas cumbres de Matamulos y Matamulillos a la derecha. 

La nota cachonda de la jornada cuando tuvimos que andar hasta que un rebaño de ovejas nos cedió el paso; ocupaban el camino de lado a lado, y por un momento pensamos que se venían con nosotros hasta abajo.... pero al fin una de ellas se salió del camino, y, como es costumbre en estos bichos, todas las demás la siguieron....



En fin, poco a poco más cerca de la orilla. Y os digo que no parece tan pequeño el pantano cuando lo vas recorriendo de la cola a la presa.....
Por cierto que ya me ronda por la cabeza una "circunvalación" al Quiebrajano, pero eso será en otra entrada....





Al fin, tocando casi el agua; ya empezábamos a estar acojonados como tuviéramos que dar media vuelta (llevábamos unos trece kms.).
Unas cuantas instantáneas, por cierto, todas de Raúl.





El caso es que después de (......................................................................................................................... .................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................)

comenzamos a bajar por la carretera, ya más relajados, con Raúl poniéndose sus cascos y yo pensando en mi "circunvalación"...... "......si dejamos el coche aquí....... y después conectamos con.......... pasando por el cortijo de........... salen unos 21 kms.......ummmh..... guapa, sí señor......tengo que engañar a estos, les diré que es una corta....."

Bueno, esos cinco kms. no hace falta que os los describa: como la subida al Quiebrajano pero al revés.....
Ya en el cruce de la Cañada de las Azadillas, una parada para coger fuerzas.

en el cruce





Y ya estábamos dispuestos a echar el resto hasta el coche, cuatro kms. cuesta arriba, cuando una pareja paró su vehículo y se empeñó en subirnos. Después de un breve forcejeo, que no nos subimos, que os subáis, que no, que vamos bien, que no, chiquillos, estáis locos, que es cuesta arriba, que aquí no se puede correr!..............
en fin, que por no acabar malamente nos montamos a regañadientes y nos privaron de penar un buen rato.

Bueno en serio, que después de darles las gracias por quitarnos un buen calentón, nos volvimos echando leches a Jaén, que se nos había echado la hora encima.....eso si, pensando ya en volver.....

Este es el track
http://www.sports-tracker.com/#/workout/RAFAEXPOSITO/181sr535naami0m9

y este, el de la ruta anterior con Miguel y Patrick
http://www.sports-tracker.com/#/workout/RAFAEXPOSITO/5o0kln8he4hicr14

Hasta la próxima,
SIEMPRE REMONTANDO...!!

domingo, 26 de febrero de 2012

XIV MARATÓN DE ESPADÁN




Cuenta la leyenda, que tras la Batalla de Maratón (490 A.C.), al soldado-correo Filípides le fue ordenado recorrer la distancia hasta Atenas para comunicar la victoria. En recuerdo de este hecho nace la moderna prueba atlética, con sus 42,195 kms.

Pues a realizar esta gesta atlética donde las haya nos dispusimos tres miembros del Siempre Remontando. A excepción de Diego, que completó el recorrido en la edición anterior, nunca nos habíamos enfrentado a esta mítica distancia. Eso sí, sabíamos lo que era terminar la carrera de montaña del Calamorro, y subir y bajar La Sagra desde La Puebla de don Fadrique.





itinerario

Según dicen, Filípides murió de cansancio nada más dar la noticia a los atenienses, aunque probablemente no fuera así. Parece más lógico pensar que, si en verdad murió, lo haría a causa de las heridas, pues aunque era un correo, seguro que no estuvo “sentado” hasta que terminara la batalla, esperando el desenlace para salir corriendo.



Estudiando el recorrido la tarde anterior

Así pues, sabiendo que no nos iba la vida en ello, nos plantamos en la salida, unos más nerviosos que otros: la distancia y el desnivel imponían respeto.
¿Qué mejor manera de estrenarnos en la distancia que una maratón de montaña? digo más, en honor al origen de la prueba, no deberían existir maratones ni “llanas”, ni “asfálticas”… ¿Os imagináis a Filípides corriendo la Maratón de Córdoba? Seguro que acababa lesionado…



Todavía con cara de sueño

Nuestro lema

Con un día espléndido, unas 700 personas nos presentamos en Segorbe. Y como somos muy educados, respetuosamente dejamos pasar a 697 y empezamos a callejear, admirando las murallas de la ciudad sin retener a nadie…


Primeros pasos

En breve dejamos atrás las últimas casas, y nos adentramos en bonitos campos de almendros en una zona de típica media montaña mediterránea.
Sin prisas, que quedaba mucho día por delante, fuimos departiendo estos primeros kms. hasta el primer avituallamiento, y tras una preciosa subida con el Río Chico a nuestros pies, hasta Vall de Almonacid.
Después de un tentempié y breve descanso, comenzamos a subir unas duras rampas, con Raúl en el furgón de adelante y Diego unos pasos por detrás.


Raúl frenado por la fila...

Diego y el Castillo de Vall de Almonacid


A lo tonto fuimos ganando altura, y también temperatura, que para ser fines de febrero pegaba bien el solano.


"por los caminos", como le gusta decir a Diego...

                                          

El caso es que Diego empezó a descolgarse poco a poco, y Raúl se me iba cada vez más, pero… ¡ahí que estábamos los tres al completo en el avituallamiento del km. 16, donde nos levantó el ánimo ver a Emma y Loli al pie del cañón!
Después de pensar un rato en lo que llevávamos y en lo que quedaba, nos pusimos en camino, pero pronto Diego tuvo que tomar la decisión más dura que se le presenta a un corredor:  abandonar.
Pero no creáis que acabó ahí la jornada para Diego: retrocedió al avituallamiento, pero ya se había ido el “coche escoba”, por lo que tuvo que continuar en solitario hasta la media maratón, donde muy a su pesar puso fin a su participación. Nada desdeñable 21 kms. por montaña cuando no tienes un día fino.

Pues ahí que seguimos barranco arriba Raúl y yo, más andando que corriendo, en dirección al Pico Espadán. Aún andando, y tirando de calidad, continuamos nuestra particular “remontada”, que no cesaría hasta la esperada meta…
Momento cumbre en el Pico, que no inmortalizamos juntos porque alguien nos echó una foto fallida, aunque las sensaciones ahí quedan.



EN EL PICO ESPADÁN

Desde la cumbre, comenzamos la bajada con una zona descarnada, para pronto atravesar unas pedreras disfrutonas. Después, para mí una de las partes más bonitas del recorrido: la bajada del Barranco de Almanzor hasta Almedíjar, siempre cerca del río. Pero hasta los kilómetros cuesta abajo cuentan, que esto no es montar en bici, y ya empezábamos a notar esa sensación de "vacío" en las piernas…


Trepando hacia Almedíjar


En Almedíjar, nuevo subidón de moral: allí estaban Emma y Loli para apoyarnos. Situación: kilómetro 33 de carrera, comida y bebida en el avituallamiento, charlando con mis padres por teléfono, Diego esperando en meta nuestra llegada triunfal…..

Bueno, pues tardó 500 mts. en llegar el tío del mazo, como dicen en ciclismo, o toparnos con el muro, como dicen los maratonianos: parecía que alguien había toqueteado nuestro ordenador de a bordo y había puesto el piloto automático sin consultarnos. Sobre las dos de la tarde. Mucho calor. Imposible subir el ritmo. Cada kilómetro se hacía muy largo. ¿por qué no habrá avituallamientos cada 500 mts? Llegamos a un pueblo que creíamos Segorbe. No. Tres kilómetros más. La parte más fea del recorrido: cañaverales, un riachuelo con poca agua y mucho calor. El único cambio de ritmo que nos podíamos permitir era echar a andar. Intentamos hacerlo lo menos posible. La gente que pasábamos iba aún peor, muchos andaban para no correr más. Lo que se dice “recoger cadáveres”. Raúl y yo mano a mano. Tirando de compenetración y muchos kilómetros en nuestras piernas. O llegábamos juntos o no llegábamos. Y ahí estaba Diego, al pie de un rampón. Vuelta a andar. Ya intuimos la meta. Al fin. Calles. Asfalto. Cuesta abajo. Llegamos. Conseguido. Impresionante. Inolvidable. ¿Irrepetible?


CONSEGUIDO !!!!

y una imagen vale más que mil palabras; ahí está nuestra entrada y las fotos de meta:



















http://www.maratonespadan.com/



NOTAS Y SUPOSICIONES HISTÓRICAS

Algunos estudiosos dudan que Filípides realizara la distancia del campo de batalla hasta Atenas. Sostienen que fue mandado de Maratón a Esparta antes de la batalla a solicitar refuerzos, viendo la que se les avecinaba (más o menos 10.000 por el bando ateniense contra…… bueno, que tocaban a dos o tres persas, mínimo).
Y sabéis cual es la distancia aproximada entre Maratón y Esparta? pues unos 240 kms., que Filípides recorrería en un par de jornadas… también se rememora en la actualidad (ver “spartathlon”).

Lo que sí es cierto es que el ejército ateniense al completo (mejor dicho, los supervivientes) regresó a todo lo que daban sus piernas a Atenas, ya que temían que los persas, una vez embarcados en retirada, bordearan la costa y atacaran su ciudad aprovechando que no estaba guarnecida. Y debieron llegar a tiempo, al menos el grueso, ya que los persas, frente a la costa de Atenas, decidieron no desembarcar y dieron media vuelta. Seguro que en esa “maratón” no cerraron el control: estarían llegando heridos durante una semana….

¿Y nuestro amigo Filípides, se tomaría unos días libres, después de llegar a Esparta? Pues no creemos, más bien descansaría lo que tardaron los espartanos en preparar la marcha hasta la llanura de Maratón, no fuera a ser que hicieran falta….
Pero esa parte de la Historia ya la sabemos: para cuando llegaron, los atenienses ya habían resuelto la papeleta. Pero ya que estaban allí, pues se acercaron a Atenas a celebrarlo, como buenos compatriotas que eran: os los imagináis, bebiendo cerveza?:

-         ¿qué, machotes, os las apañasteis bien vosotros solos, no? - dice un espartano
-         Ya ves; se conoce que no os disteis mucha prisa, eh? - contesta un ateniense

Y cosas por el estilo….

En fin, amigos, que ya sabéis de dónde viene eso de poner a los reclutas a trotar todas las mañanas en el ejército……por si hace falta salir corriendo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

ULTIMO ENTRENO ESPADÁN

ETAPÓN el pasado domingo: circular con salida y llegada en La Glorieta, subida el Puerto del Aire por la vereda y vuelta por la falda de la Mella.... 25 y pico, con un par de litros merecidos a la llegada.
Cogimos moral para lo que nos espera este domingo; si no llegamos a tener que sujetar a Phoskito (por cierto, todo un descubrimiento) quizá nos hubiéramos plantado en la cima.....

Miguelón, te echaremos de menos en el Espadán!!



PHOSKITO




domingo, 29 de enero de 2012

VUELTA A LOS JARDINES DE LA GRANJA

¡Qué bien suena, eh!          
 "VUELTA A LOS JARDINES DE LA GRANJA" 

Tiene un aire campestre, bucólico: setos, parterres, flores por doquier, fuentes de agua cristalina.... y por supuesto, plano como un folio: ¿quién ha visto un jardín con cuestas?

Pues así de confiado iba yo a finales de enero a participar en esta carrera popular de montaña, en la localidad de La Granja de San Ildefonso, provincia de Segovia. A propuesta, por cierto, de mi buen amigo Diego, que ya conocía la prueba de la edición anterior y que, con ese punto "masoca" que nos caracteriza a estos que se nos conocen como "corredores", estaba dispuesto a repetir.

Así que nos fuimos, aprovechando el porte, un viernes por la tarde, decididos a emplear el sábado visitando el Museo del Prado, para conocer la exposición temporal de piezas del Hermitage de San Petersburgo.
Con los ojos brillantes de ver tanto oro, salimos a primera hora de la tarde buscando un sitio donde echar un café con “croissant”.

Culturizándonos


después de cenar, tocaba concentración para la carrera del domingo; así que un vaso de leche con miel y a la cama.
Pero antes probamos un concentrado energético, rico en azúcares, vitaminas y frutas, que estaba anunciado en un local mexicano (sería una herboristería, parafarmacia, o algo así), y que pillamos muy bien de precio.
Las féminas no corrían al día siguiente, pero también las probaron. Tenían un nombre de mujer: "margarita", "michelada", no recuerdo bien. A lo mejor lo habéis visto, tenían un aspecto así:



Complejos vitamínicos


El caso es que nos fuimos muy animados, y dormimos muy bien.

En fin, llegó el domingo, y tiramos para La Granja, con un día frío pero soleado, como corresponde a estas fechas. Antes de bajarnos del coche, ya pudimos ver nieve en las cunetas, los que nos dio qué pensar.
Con los nervios propios de la competición - calentamos, o ya tendremos tiempo? has cogido imperdibles? me pongo sudadera o en camiseta? dónde hay un servicio? – fuimos haciendo hora hasta el pistoletazo de salida.


Recién salidos...

Y el caso es que empezamos bien, cogiendo una cuesta empedrada que pronto nos hizo entrar en calor; sólo teníamos que evitar las zonas sombreadas donde nos resbalábamos un poco por el hielo.


Algo más adelante ya teníamos que empezar a tomar decisiones: evito la nieve, o evito el barro? 
Aunque cuanto más se empinaba el terreno, más difícil era escurrirse, pues nuestra velocidad iba bajando alarmantemente, hasta el punto de hacer andando algunos tramos con una pendiente próxima al 20%...


Cuál fue nuestra sorpresa al enterarnos, a tres kilómetros de meta, de que a partir de ese punto habían variado el recorrido por la nieve y el hielo.... vamos, que hasta ahí habíamos ido por una alfombra de césped!!
y nos metieron por una bajada un poco "técnica", como veréis en las fotos del final...


El caso es que, después de un kilómetro más o menos de "patinaje sobre hielo", yo daba por sentado el paseo triunfal por las calles de La Granja hasta meta. Cuando de pronto, al doblar una esquina, me vi de pronto en un callejón estrecho, lo que me hizo recordar la advertencia de Diego: que al final me esperaba una "sorpresa". En efecto, un callejón con escaleras, seguido de unas calles dignas del casco antiguo de Jaén (por la pendiente...)


Saliendo de la encerrona


Ahí estamos, como dos campeones, con la felicidad reflejada en el rostro...!!!

CONSEGUIDO!!

Como no podía ser de otra forma por estos lares, al término nos esperaba, además de los refrescos y bebidas habituales, un BOCATA DE CHORIZO con un CALDO CALIENTE...


Esperando un caldo calentico

Duchados y cambiados como dos señores, nos fuimos los cuatro a Segovia, a meternos entre pecho y espalda un cochinillo bien merecido y sin remordimiento.



En la ciudad del Acueducto...

...dispuestos a dar cuenta de cuatro cochinillos.







"Fenomenal" fin de semana de convivencia,  siempre un placer  estar con nuestros amigos madrileños...la próxima en Segorbe.... eso son palabras mayores....








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